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Gestión del cambio y el bienestar.
Para hacer realidad un cambio para lograr nuestro bienestar, hay que trabajar sobre varios factores de forma alineada: emociones, pensamientos y acciones.
Los pensamientos que tienes sobre ti, sobre tu condición y sobre cómo quieres que sea tu vida pueden verse influenciados por los mensajes recibidos durante tu infancia, en tu entorno familiar, social y cultural. A veces, aún siendo personas adultas, se concede demasiado poder “al que dirán” sobre todo cuando viene de la propia familia. Ésta, amparada en la “buena intención”, en la “protección”, puede tender a la crítica, e incluso al rechazo, de tu modo de vida sin tener en cuenta que, tradicional o no, a ti te hace feliz.
Esta situación, en la mayoría de los casos, implica tener que elegir entre tu felicidad y el bienestar de quienes no te aceptan sólo porque llevan tu misma sangre o viven en tu misma zona.
¿Y cómo se hace? ¿Cómo se pueden cambiar estas creencias? Bien, lo importante es entender que las creencias que puedes cambiar son las tuyas, no las de tu entorno. No trates de educar, sino de ser feliz.
Para ello, busca preguntas que te ayuden a quitarle fuerza a esa creencia. Por ejemplo, la creencia de "la sociedad no está preparada para mí". Se trataría de preguntarte ¿toda la sociedad? ¿el 100% de las personas del mundo? ¿conoces a una sola persona que esté preparada? Si encuentras
fisuras en la creencia estás quitándole poder y puedes construir otras que te ayuden a ser más feliz. Como por ejemplo “mi vida es mía y mis decisiones las tomo yo”, “no voy a hacer mi vida como la mayoría sólo porque ellos/as no la entiendan". "Tengo derecho a ser feliz con quien me apetezca”, etc…
Si quieres ser feliz y próspero/a en tu vida, puedo ayudarte a conseguirlo.
Si quieres, puedes.
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Los pensamientos que tienes sobre ti, sobre tu condición y sobre cómo quieres que sea tu vida pueden verse influenciados por los mensajes recibidos durante tu infancia, en tu entorno familiar, social y cultural. A veces, aún siendo personas adultas, se concede demasiado poder “al que dirán” sobre todo cuando viene de la propia familia. Ésta, amparada en la “buena intención”, en la “protección”, puede tender a la crítica, e incluso al rechazo, de tu modo de vida sin tener en cuenta que, tradicional o no, a ti te hace feliz.
Esta situación, en la mayoría de los casos, implica tener que elegir entre tu felicidad y el bienestar de quienes no te aceptan sólo porque llevan tu misma sangre o viven en tu misma zona.
¿Y cómo se hace? ¿Cómo se pueden cambiar estas creencias? Bien, lo importante es entender que las creencias que puedes cambiar son las tuyas, no las de tu entorno. No trates de educar, sino de ser feliz.
Para ello, busca preguntas que te ayuden a quitarle fuerza a esa creencia. Por ejemplo, la creencia de "la sociedad no está preparada para mí". Se trataría de preguntarte ¿toda la sociedad? ¿el 100% de las personas del mundo? ¿conoces a una sola persona que esté preparada? Si encuentras
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